EL INDOMABLE WILL HUNTING

¡Buenas tardes a todos! En la entrada de hoy hablaré sobre una de mis películas favoritas por lo mucho que me hizo reflexionar en su día y porque actualmente lo sigue haciendo. Creo que es uno de esos films que se la recomendaría a todo el mundo, ya que es muy útil para la vida ordinaria.

En la escuela, en la universidad o en clases de cualquier ámbito te enseñan no solo conocimientos, sino también otras habilidades como trabajar en equipo, respetar a los demás, saber escuchar, aprender, etc. Sin embargo, yo me he dado cuenta que hay un aspecto del que poco nos han enseñado y del que apenas solemos hablar, la TOMA DE DECISIONES. Nuestro día a día consiste en tomar decisiones y sus repercusiones pueden ser tanto positivas como negativas. Hoy en día, me doy cuenta de que la gente muchas veces tiene miedo a tomar decisiones, las razones serán múltiples pero para mí todas llevan a una misma dirección, la falta de conocimiento de uno mismo.

Esta película habla sobre el saber no como un conocimiento, sino el saber quién soy para saber qué quiero de verdad y quién quiero ser. Estas dudas las refleja en la película nuestro protagonista Will, un genio de las matemáticas y con una memoria y talento increíble, que no se atreve a lo único que hay que atreverse en la vida: saber apostar, jugársela. Él vive en una “campana de cristal” donde quiere sentirse seguro en su trabajo, con sus amigos y en su vida cotidiana en general. Un profesor llamado Sean le ayudará a decidirse si continuar con esa vida o aprovecha sus grandes cualidades en alguna universidad.

 

Es a partir de su primera consulta con Sean donde la película empieza a “cobrar vida” y donde nos plantea una dicotomía sobre el saber, por un lado, el teórico (Will) y por otro el de la vida (Sean). Se podría decir que es como la diferencia que hay entre saber las normas de la gramática y saber escribir.

Los momentos y reflexiones que comparten estas dos personas a lo largo del film son muy enriquecedores, a continuación, os dejo algunas de ellas:

  1. ¿Cómo sabemos quién es uno mismo? ¿Cómo se consigue eso? 
  2. ¿Qué pasaría si supiéramos el futuro?¿Cómo eligiríamos? 
  3. ¿Qué es lo que hay que saber para poder saber vivir? 
  4. ¿Nos conocemos dejándonos conocer?

No os haré ningún spoiler ni nada, os animo a que veáis la película para por un lado intentar dar vuestras propias respuestas a estas preguntas y por otro conocer cuál es la decisión de Will.

Al principio de la entrada hablé sobre la toma de decisiones y lo importante que es conocerse a uno mismo para tomarlas. Habiendo visto la película varias veces me ha ayudado a pensar a que para saber conocerse uno mismo es necesario saber vivir. Muchas veces se nos olvida que es una persona, con su propia voz a quien no podemos controlar, y no una cosa o situación la que nos enseña a vivir y a conocernos. Por esta razón es importante estar bien acompañado de tus padres, maestros, amigos y parejas, es decir de personas que nos ayuden a conocernos sin tener que decirnos que tenemos que hacer o cómo deberíamos de ser, haciéndonos ver cómo somos nosotros mismos. A continuación, dejo un momento entre Sean y Will que me gustó mucho:

Eres huérfano, ¿verdad? ¿Crees que sé lo dura y penosa que ha sido tu vida, cómo te sientes, quién eres, porque he leído a Oliver Twist? Personalmente, eso me importa un carajo… porque, ¿sabes?, no puedo aprender nada de ti en ningún libro. A menos que quieras hablar sobre ti, sobre quién eres. A eso me apunto. Pero… no quieres hacerlo ¿verdad, chico? Te aterroriza decir lo que sientes… tu mueves, chaval”.

Un poco viene a decirnos que para conocernos a nosotros también nos tenemos que dejar conocer.

Espero que os haya gustado y a movernos chavales, hasta la próxima entrada!

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