FAMILIAS EN LA ESCUELA

En España, los conflictos entre las familias y la escuela son bastante comunes. Los motivos son variados, pero tienen principalmente su origen en el desentendimiento que puedan tener cada uno de ellos sobre sus respectivos papeles educativos, donde ambos se sienten responsables de la educación que recibe el alumno. No obstante, a continuación, se exponen otros motivos que existen hoy en día en España.

  1. Falta de conocimiento: Tanto las notas como los deberes evidencian que de alguna forma la escuela “va” a la familia. Una en forma de resultados, y otro como proceso de aprendizaje. Este último está condicionado tanto por los deberes como por la asistencia a clase de los alumnos. A veces, los padres hasta que no saben el resultado de la nota, no tienen conocimiento sobre si su hijo entiende bien lo que le explican, asiste a clase, o lleva al día sus deberes. Es por ello que los padres de alguna manera son “incapaces” de saber el día a día de su hijo en la escuela. 
  2. Falta de comunicación: A veces surgen malentendidos porque o por un lado no se ha explicado de modo claro lo que se ha pretendido transmitir, o por otro lado, no se ha comprendido el mensaje. Por ejemplo, los medios escritos como cartas o correos electrónicos tienen más posibilidades de que se malinterpreten sus mensajes que si se realizan entrevistas presenciales. 
  3. Falta de asesoramiento y desinterés: Por un lado, hay familias que piensan que las escuelas y los profesores son los únicos encargados de educar a sus hijos no sólo en materia técnica sino también en valores éticos y morales. Por otro, hay padres que sí que tienen interés en educar a sus hijos pero no reciben un buen asesoramiento sobre la mejor manera de educar.
  4. Pocas facilidades para las familias: Debido a los horarios de trabajo de los padres, en muchas familias son pocas las horas durante el día que tienen para ejercer como “educadores” de sus hijos. Actualmente, el Estado no implanta muchas políticas de conciliación familiar que permitan flexibilizar la jornada laboral para que los padres puedan asistir con sus hijos a actividades extraescolares, cursos de formación, etc.
     

A continuación, se presentan propuestas que puedan mejorar las problemáticas que se han mencionado antes. Todo ello con el objetivo de conseguir  que el principal beneficiario sea el alumno mediante una buena relación de colaboración y cooperación entre la escuela, familias y Estado.

  1. Desarrollar tecnologías o plataformas que permitan saber a los padres si sus hijos van a la escuela todos los días (control de asistencia), si llevan los deberes al día, la progresión de las notas que tiene su hijo mediante la utilización de gráficas, etc. De esta manera, y mediante un buen canal de comunicación, los padres pueden entablar conversaciones con los profesores y ver qué puntos se pueden mejorar.Esta falta de comunicación con el paso del tiempo, puede llevar a cabo una mala relación entre los padres y los profesores donde el principal afectado es el hijo. Por ejemplo, puede haber comentarios de maestros que critiquen la forma de educar que tienen ciertos padres a sus hijos, y también comentarios de los padres que hagan desprestigiar el trabajo del profesor.
  2. Establecer una colaboración y coordinación entre las escuelas y las familias, generando un mejor clima y satisfacción de ambas partes. Para lograr esto, es necesario establecer un estatus entre padres y docentes, donde cada tiene su propio papel pero a su vez tienen una responsabilidad compartida. Mediante medios escritos y hablados, se debe establecer metas comunes y evitar cruces de acusaciones.
  3. La educación del hijo debe darse durante todo el día, no solo en las escuelas. Es aquí donde los padres deben de ejercer como “coachs” guiando el camino a sus hijos, motivándoles y fomentándoles el aprendizaje continuo mediante por ejemplo actividades extraescolares. En caso de que los padres necesitasen asesoramiento, las instituciones deberían fomentar actividades que les ayudasen a comprender mejor a su hijo, sabiendo así las necesidades educacionales que necesita fuera de la escuela.
  4. Nuevas leyes que permitan la flexibilización de la jornada laboral. Para ello el Estado debe implantar medidas en las empresas que potencien las actividades educativas entre sus empleados y sus respectivas familias. Estas medidas pueden ser jornadas intensivas de trabajo en lugar de partido, más teletrabajo, programas con actividades familiares, días/horas de permiso para acudir a formaciones o reuniones en la escuela, etc.

Colaboración entre familia-escuela

Como conclusión, tras ver las distintas problemáticas y sus propuestas de mejora, hay que decir que es fácil que se produzca un conflicto entre la familia y la escuela. Aun así, el fin tiene que ser evitar los conflictos destructivos y de haberlo que sean constructivos. Con estos últimos además de salir reforzadas ambas partes, los alumnos se pueden ver beneficiados con la implantación de modelos más eficaces. Por ello, yo creo que es útil considerar los puntos anteriormente mencionados y tener presente que cada uno juega un papel muy importante en la educación del alumno sin ser uno más superior que otro.

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