EJEMPLOS A SEGUIR

¡Hola de nuevo! Esta entrada la dedicaré a hablar sobre dos personas que me han marcado bastante desde que terminé mis estudios en el colegio, hace ya 7 años. Son innumerables los profesores que he tenido, pero han sido principalmente dos, de los que me he acordado bastante veces tanto en mi paso en la universidad como en mi corto paso por el mundo laboral.

Con ambos coincidí en los primeros cursos de secundaria, etapa donde los cambios con respecto a primaria eran muy grandes: nuevos profesores, nuevos compañeros, temarios más extensos, inicio de la adolescencia, etc. Una de esas personas que me ayudó a afrontar esos cambios fue mi profesora de biología y a la vez tutora en 1ºESO, Helena Roncero (probablemente, cuando pienso en cómo me gustaría ser como profesor pienso en ella).

Es una profesora que desde que la conocí siempre me ha inspirado por los valores que tiene, no sólo aplicables a la enseñanza sino también a cualquier aspecto de la vida. Se interesaba siempre por cada uno de sus alumnos ayudándoles en todo lo que hiciese falta y colaborando con los padres para que siempre estuviésemos motivados. También, nos escuchaba cuando teníamos problemas propios de la edad y nos brindaba apoyo emocional. Todo eso unido a la sensación de vitalidad, energía positiva que desprendía y su afán por enseñar, hacía que fuese un ejemplo a seguir.

También, otro profesor que me ayudó no solo en lo personal sino también a tener claro que es lo que quería estudiar en un futuro, era mi profesor de matemáticas e informática, Carlos Vaquero. Era una persona muy cercana que transmitía confianza y de la que podías aprender algo nuevo cada día. Su increíble facilidad para explicar matemáticas hacía que me encantasen sus clases, fue aquí donde empecé a interesarme por las asignaturas de ciencias como mates, tecnología, física, etc.

Sin embargo, el paso que he dado para que esté haciendo el Máster de Profesorado también es gracias a él. Un día en clase, nos contaba como su trabajo como ingeniero no le hacía feliz, en cambio la enseñanza sí. Al final terminó haciendo lo que más feliz le hacía, ser profesor. El perder el miedo al cambio y en hacer al final lo que te gusta es lo más valioso que me ha dado este profesor.

Esto, sumado a la inspiración que me ha dado y me sigue dando Helena como persona y profesora, hace que sin ninguna duda en el futuro me acuerde de ellos en mi primer día de prácticas. Muchas gracias a los dos, por transmitir esa pasión por educar y por influir tan positivamente en la vida de la gente.